miércoles, 12 de mayo de 2010

Victor Klemperer y el lenguaje totalitario





El Tercer Reich (III Imperio Alemán) fue el periodo en que Adolf Hitler gobernó Alemania bajo la ideología del Nazismo, como un estado totalitario, entre los años 1933 y 1945. Esa época ha llegado a ser considerada como uno de los puntos más bajos en la historia de la humanidad, una época de horror, muerte, guerra y genocidio. Ante, el mundo entero se ha preguntado: ¿Por qué? ¿Cómo es posible que una nación entera haya sucumbido a los delirios o ambiciones de un solo hombre? ¿Cómo puede ser que hayamos llegado a este nivel?

Se pueden considerar varios puntos:

  • La situación económica luego de la Primera guerra mundial
  • La baja autoestima nacional de Alemania al ser considerados como perdedores
  • Las duras medidas tomadas en el tratado de Versalles contra el pueblo alemán

Es prácticamente comprensible que al surgir un hombre con promesas de mejora, un hombre que les dio un motivo y un objetivo, que los hizo renacer con la creencia de que no eran un pueblo derrotado, si no que por el contrario, eran el pueblo “elegido”, los mejores, el modelo a seguir, habrían de seguirlo.

Pero una vez renacido Alemania como nación, y logrado un poderío nuevamente como potencia, ¿cómo es posible queHitler y el gobierno nazi hayan excusado sus acciones? ¿Cómo puede ser que ante sus acciones el pueblo no haya actuado, de ninguna forma, ante la muerte de sus compatriotas por la sola razón de ser judíos, gitanos, negros o comunistas?



Diversas personas* han tratado de responder esto, sin embargo yo me centraré en un factor: El lenguaje.

Victo Klemperer fue un filólogo judío que vivió durante la Segunda Guerra Mundial y fue, como muchos otros, tomado prisionero por el Estado Nazi. Durante su cautiverio se dedico a escribir sus diarios, en que narraba sus observaciones sobre la vida en el campo de concentración y el mundo bajo el totalitarismo nazi. En uno de estos diarios se dedicó, también, a analizar la lengua del Tercer Reich. LTI (Lingua Tertii Imperii) es tanto un testimonio de un hombre como los apuntes de un filólogo. Klemperer escribió estos diarios como una forma de sobrevivir, de soportar, la realidad que repentinamente debía enfrentar, un mundo que lo convertía ante todo lo que él había amado; la cultura, la lengua, la sociedad; en un enemigo, en un monstruo, en un “judío”, según como despectivamente lo llamaban los nazis.

El nacionalsocialismo desarrolló una lengua, un lenguaje totalitario, que remplazó la lengua anterior y logró provocar en los usuarios un estado de ánimo febril e incluso irracional, sugestionable y propicio para los objetivos del estado. Los convertía, por consecuencia, en una masa maleable y susceptible a los deseos y ordenes del estado, y su líder (es incluso más correcto decir que el estado era Hitler, ya que era alrededor de este que orbitaba todas las instituciones y decisiones del régimen nazi) Adolf Hitler.

El éxito de la ideología nazi como tal se debe en gran parte a los logros de la manipulación del lenguaje nazi, el cual convertía mentiras y falsedades en lo correcto, en lo que se debía hacer, en lo moral, en lo que finalmente se convertía en sentido común, lo esperable.

Klemperer destaca en el lenguaje totalitario, el uso de siglas, las comillas de un modo "peyorativo", y la utilización de términos religiosos en la política, la mayor importancia que se le da a términos como "sangre" y "tierra", entre otras cosas. Pero estos no son más que elementos que sirven de cohesión para un grupo humano, como dice el filólogo, y es posible encontrar términos similares en diversos partidos políticos que busquen identificarse ante el resto. Lo que hace realmente de este un lenguaje totalitario es la forma en que se impregnó en la vida de sus usuarios.

El lenguaje llegó a regular todo ámbito dentro de la sociedad nazi, tanto en la literatura como el arte, en la guerra, en el diario vivir, en la familia, en los colegios y las casas. En todos estos aspectos en que antes no entraba el nazismo, la lengua se escabulló y como un virus, se fue expandiendo, implantando la ideología como una enfermedad, y ya no como una forma de pensamiento, sino que como una forma de vida.

Todo esto se logró poniendo un enemigo común, un ser "monstruoso", el causante de todos los males, desde la mala economía, hasta la pérdida de la guerra, desde la muerte de Jesús, hasta la contaminación de la raza aria. Todo eso por culpa de los judíos.

Hitler creó un estado en guerra antes, incluso, de la guerra misma. Pues, su guerra no comenzó con la invasión a Polonia, comenzó cuando por primera vez culpó a los judíos de todos los males, cuando por primera vez los puso como enemigos. Cuando convirtió a Alemania en un estado en constante Guerra.

Y, ante todo esto, ¿como no entender, aunque sea un poco, la situación en que estaban los alemanes de la época? Un país en guerra es diferente a uno en paz. Los alemanes sentían que estaban solos en el mundo, guiados por el único hombre que realmente había hecho algo por ellos, batallando por sobrevivir. Pero lo que ellos vieron como esperanza, no resultó ser al final más que un error. Un triste error que millones debieron de pagar.

Y aún pagan.



*Es recomendable también el texto de Ron Jones sobre su experiencia en una escuela y como trató de explicarle a sus alumnos porque los alemanes no actuaron ante las acciones de los nazis. "La tercera ola."


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